martes, 20 de septiembre de 2016

Contorsionismo

No lo entiendo. Así de simple.

Cuando algún humano me ve en alguna de estas comodísimas posiciones que de vez en cuando adopto, y veo que se sorprende y pone cara de asombro (ojiplático perdido y con la boca tan abierta como le dan las birriosas y cutres mandíbulas esas que tienen), sencillamente no entiendo por qué le ocurre.
A veces me dicen que parece que hago contorsionismo. Vale, yo no lo llamaba de ningún modo en particular, pero visto que tiene nombre, lo usaré: Hago contorsionismo.








Ya desde muy temprana edad empecé a practicarlo...








Intento entenderlos, que conste. A los humanos, digo. Pero quizá les suceda lo que a mí, que los veo moverse y no me explico cómo pueden estar cómodos, por ejemplo, andando erguidos a dos patas todo el santo día. Con razón apenas pueden correr, ¡si solo usan dos patas! ¿Qué esperan conseguir? Y jamás olfatean el suelo, ni los árboles... Andar erguido son todo desventajas. Incomprensible.
O cuando se sientan... ¿Qué, por todos los huesos del mundo, es esa manera de sentarse? Más incomprensión.
O cómo y dónde dejan sus... este... ejem... Bueno, llamémoslo por su nombre: sus pises y cacotas. De esto mejor ni hablamos porque eso sí que ya es EL MISTERIO. Así, con mayúsculas. Esa cosa donde se sientan (de esa extraña manera humana) y que después se lleva toda la porquería así como por arte de magia. Con lo sencillo que es en el parque... ¿Cómo pueden complicarse tanto la existencia? Muy misterioso todo.

Volviendo al contorsionismo, que es empezar a hablar de las rarezas humanas y es que me pierdo...



Me hace gracia ver las expresiones que ponen los humanos cuando me ven practicando. Hay variedad. A veces son de asombro, otras de incredulidad, otras veces rompen a reír, y muchas muchas muchas de esas veces van corriendo a por los cacharros esos con los que me apuntan y que luego solo hacen un ruidito raro y a veces hasta sale un rayo.





Yo los miro desde mi comodísima posición,
suponiendo que esté despierta,
porque a veces es tal la relajación
que hasta me echo un sueñecito...


Bueno, me dio sueño, así que voy a ver qué maravillosa y cómoda postura adopto que me voy a dormir un rato.

Hale, a correr!

1 comentario:

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