domingo, 31 de julio de 2016

Mil maneras de dormir (I)

Bueno, quizá mil sean muchas, tal vez haya exagerado un poco (o tal vez no), el caso es que por lo visto mi humana se entretiene observándome mientras duermo, y no contenta con eso, además inmortaliza el momento, o mejor dicho, los momentos, porque yo duermo varias veces al día y varias horas por vez. Y sí, me da tiempo a dormir todo eso y a correr aventuras y hacer trastadas. Así soy yo.

Mis primeros días con mis humanos.
Tan chiquita que cabía en una cajita ^^
De muy bebé. Con dos de mis hermanitos. Adorables...


















Como puede apreciarse, aprendí el arte de dormir a muy corta edad. Hum... Parece que el talento viene de familia, porque mis hermanitos parece que aprendieron tan velozmente como yo. 
Mi expresión lo dice todo.
Qué buena siesta en brazos de mi humana...
 



En mi silloncito. En el cual ya no quepo. Y al que por cierto le he perdido la pista, porque aunque ya no quepo, yo me engurruñaba y me encogía hasta que cogía postura y me dormía... Se me caía el rabo, se me salía una pata, me colgaba  la cabeza...
¿Dónde habrá ido a parar mi silloncito favorito?






Como ya he mencionado, desde muy joven domino el arte, las tećnicas del dormir. Según he ido creciendo las he ido perfeccionado. Practicando, practicando y practicando. Trasteando un poco entre sesión y sesión de duro entrenamiento, para no aburrirme de hacer siempre lo mismo.




He ido probando diversas poses, diferentes posturas y maneras, a cual más cómoda. Desde enroscada como un donut hasta estirada como un churro, pasando por engurruñamiento y relío de patas y por panzota al aire...
Dormir encima de mi humana, escondiendo el hocico y huyendo de la luz..

Zzzzzz...


Continuará...

1 comentario:

Cuéntame...